4 de diciembre de 2013

Un fisio en la titan (desenlace)

Etapa 5:
Después de que los corredores superaran la 4ª etapa, posiblemente una de las más cómodas de la carrera, les tocaba enfrentarse a una etapa decisiva. Decisiva tanto para los que se jugaban la general, como los que solo soñaban con terminar la Titan Desert 2013, y es que el desierto de dunas y arena estaba esperando para apear a más de un participante.

La etapa, aparte de larga, tenía la dificultad añadida de atravesar 4 o 5 km de dunas en el tramo final. Un tramo que para los que consiguieran acceder (tenían que llegar antes de las 16:00 pm, sino por temas de seguridad se les obligaba a retirarse) iba a suponer para gran parte del pelotón 1h de pateo.El día antes todos tenían sus teorías. Que si una parte de la duna esta más dura, que si hay que deshinchar los neumáticos antes de entrar a las dunas... pero cuando entras el 50 en el desierto y lo han pisado los de cabeza no queda más remedio que bici a un lado y a gastar suela de zapatilla.
Foto edición 2012
 Los de mi equipo iban ya con la gasolina justa. Cada mañana había algo más de trabajo con kinesios y alguna tontería de última hora, pero esto tocaba a su fin y ya había que sacar fuerzas de donde fuera. Con la etapa en disputa, algunos fisios aprovechamos para caminar por el desierto. Una experiencia que me dejó alucinado. Desde el hotel se veía una duna muy alta, y dijimos "pues ya que estamos vamos a esa". Se veía cerca pero casi 45 minutos de pateo hasta llegar arriba. Las vistas espectaculares. Os dejo las fotos.
Inicio de la excursión
Veniamos desde la zona verde del final
 
Arriba de la duna por fin!
Después de la excursión por el desierto, un rato de piscina, una duchita y ya con la ropa de trabajo a comer y a esperar a los corredores.
Con la mañana de turismo y relax pasada, llegaba el momento de empezar a batallar y a trabajar. El 1º de los mios llegaba entre los 15 primeros. Técnicamente es buenísimo y se había hecho algo más de la mitad de las dunas en bici. Vaya crack! Ya en la camilla, tenía las patas bonitas. Duras, y a la que intentabas amasar un poco su cara era un poema. Con mucha paciencia se iban soltando y se podía ir profundizando. Mientras me iba contando como se lo había hecho para pasar en bici gran parte de las dunas, y gracias a eso se había vuelto a meter en el podium de la categoría.

Una vez terminado con el primero, a esperar un rato largo la llegada de los siguientes. Me fui a la zona de llegada a esperarlos y también a intentar averiguar por donde podían estar los últimos del equipo. Según me decían los de la organización les iba a ser difícil poder entrar en las dunas antes del cierre de control. Llegaba el segundo de los mios, y por como habían ido todas las etapas al poco de él llegarían 2 más con casi total seguridad. Estos si que venían cascados. Entre la paliza y arrastrar la bici casi 1 hora. Dolor de piernas, fatiga, dolor de espalda, brazos...Pero en este caso, el que solo hecho de aspirar a terminar la carrera, el hecho de saber que ha superado lo más duro, la sensación encima de la camilla es de tranquilidad. De decir, mañana no será fácil pero acabamos seguro. Se habían quitado un peso de encima. 

Mientras iba trabajando, mirábamos el reloj con el corredor que tenía en la camilla. Era la hora del cierre de control y los del "trio calavera" era el equipo corporate del grupo no había llegado. Cuando ya pasaban 10 o 15 min del cierre de control aparecen por la zona de camillas. Habían acabado, y de una manera heroica. A falta de 12km a meta, uno del grupo había roto una biela. Cada día llegaban rozando el fuera de control, y en una de las etapas más duras se encontraban con este percance... Pues se pego los 12km pedaleando con una pierna, y llegaron a meta justo en el cierre de control. Alucinante lo del "trio calabera". Con el protagonista de la avería en la camilla empezó el show. Las 2 camillas de al lado pendiente del figura. Nos explicaba que se había hecho los 12km finales, pedaleando con una pierna, y la otra metida en el portabidón. Una escena cómica. Entre eso y la historia del que él bautizó como Mazinger Z que cruzó el desierto con 2 bicis, la suya y la de su acompañante, pasamos un rato muy divertido.

Con el trabajo terminado y después de cenar por fin llegaba el momento de descansar. Si era posible. Tocó noche de tormenta de arena. Como se movía la haima. Entraba arena por todos lados. A media noche me notaba arena dentro de la boca, dentro del saco... se nos cayó un trozo de haima, que pudimos volver a montar. Una noche muy divertida...
Así estaba la ropa dentro de la haima
La camilla por la mañana después de la tormenta de arena
Etapa 6:
Último día de Titan, último día de dormir en haima y escenas muy diferentes a las de días anteriores en la salida. Gente haciéndose fotos, equipos que hacían lo mismo... ya todos se sabían finishers aunque aun les quedaran poco más de 60 kilómetros. Aquí mis fotos en la salida.
Con Rubén Peris
Con el equipo de Titanes
La etapa no tuvo muchas complicaciones. Es cierto que el viento les pegó con ganas y tampoco se pudo relajar mucho el personal, pero en general pasó todo el mundo la etapa de una manera decente. Los de cabeza de carrera si se metieron derecha e izquierda, y es que aun se estaban jugando generales en algunas categorías y si vas a disputar, la última, es una etapa como cualquiera de las otras y hasta que no se cruza meta no hay tregua. Uno de los corredores que llevé durante la carrera era uno de los que estaba metido en un fregado de estos, y después de ir todo el día a cuchillo consiguió meterse segundo de la general Master.
Con Joan 2º Master
 Es resto de corredores que llevaba acabaron todos. Habían conseguido su objetivo después de una semana de sufrimiento. Todos FINISHERS, algo que os aseguro no lo tenía nada claro al empezar la carrera. Pero una vez más te llevas una sorpresa muy agradable de ver como a base de sacrificio y mucho amor propio, con una preparación, en algunos casos, mínima. Tan mínima que no se si se le podría llamar preparación. Pero acabas viendo a todos tus corredores en la linea de llegada, con su tocho de finisher, haciendose la foto en el photocall... Realmente impresionante.

Una experiencia, que como mínimo, si hay la posibilidad hay que vivirla 1 vez en la vida.



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