10 de mayo de 2013

Un fisio en la Titan Desert (Parte 1)

El 26 de Abril puse rumbo a la Titan Desert 2013 para trabajar como fisio del equipo Cuatrecasas, Gonçalves Pereira. A las 22:30 partía desde el aeropuerto del Prat hacia Madrid, donde al día siguiente, a las 7 AM, saldríamos en dirección Ouarzazate (Marruecos). La verdad que esa misma noche empezó mi aventura, y es que creo que en la Titan nadie se libra de la aventura. Da igual mecánico, fisio, ciclista... cada uno a su manera, pero la aventura está asegurada. 

Por mi parte llegué a Madrid a las 00:30 horas, entre una cosa y otra era la 1 Am y a las 7 tenía que estar en el punto de encuentro para coger el avión de Marruecos, así que me pareció una tontería buscar un hotel para dormir 4 horas (si me volviera a pasar lo buscaría), pero que larga se me hizo la espera. He de decir, que la T4 de Madrid estaba llena de gente durmiendo. Lo primero que te encuentras al salir de la recogida de equipajes es gente tirada en cada esquina, con sacos, otros con cartones que pasan la noche de la mejor manera posible, realmente había mucha gente durmiendo, y no esperaban precisamente un avión. No se si la situación anteriormente a la crísis era la misma, pero esta visto que en la actualidad la verdadera marca España es la que se da en la T4 de Madrid y otros muchos lugares públicos de diferentes puntos de la geografia Española, y no la que intentan vender al mundo a través de los exitos deportivos. Exitos que no llegan precisamente gracias a sus ayudas al deporte... Dejaré el tema porque podría estarme días enteros. Después de ver el panorama me leí el ciclismo a fondo de arriba a abajo, escuche música e incluso dormí una horita y poco. Dormir por decir algo. Por fin el reloj marcaba las 7 y evidentemente, 2 chicos que también pasaron la noche en el aeropuerto y yo fuimos los primeros en hacer el check in. A las 9 AM estaba en el avión, dispuesto a pegarme una sobada, que aunque corta, me iba a saber a gloria. El vuelo se me hizo cortísimo, y ya apunto de llegar me despertó el compañero de asiento para decirme si podía hacer una foto del paisaje que se veía (no haré comentarios sobre esto), pero me tocó las narices un poquitin. Por si os interesa, y ya que me despertó, esta era la foto 
Una vez en el aeropuerto, ya en la cola para presentar el pasaporte empiezas a oír lo típico de los ciclistas. "¿Y tu que, has entrenado mucho?, que va,nada. Con el trabajo, los niños... la verdad es que llego muy justo" Lo miro y pienso, "no se lo esta creyendo ni él lo que dice" esta chupado, con la marca del casco, las gafas... no quiero ni pensar como debe estar cuando entrena. 

Ya con el control de pasaporte pasado me esperaba otra agradable sorpresa. Un trayecto de 2 horitas mas o menos de autocar, o lo que era lo mismo, 2 horas más para dormir. Antes de eso hice alguna foto desde el autocar, porque la verdad que el paisaje y los pueblos por los que íbamos pasando eran muy curiosos y diferentes a lo que se ve en el día a día de Barcelona, hasta que llegamos a Boulmane Dades , punto de salida y llegada de la 1ª etapa, salida de la segunda y el sitio donde fisios y mecánicos íbamos a pasar el día de la etapa maratón en el que los corredores no pueden recibir ni asistencia mecánica ni tratamiento de fisioterapia.

Una vez en el hotel de Boulmane Dades, directo a registrase, dejar la maleta, recoger la camilla y buscar un sitio donde plantarla para trabajar al día siguiente. Por suerte el ambiente entre los fisios era excelente y haciendo un poco de tetris todos encontramos nuestra pequeña parcela para trabajar con tranquilidad. Es cierto que las primeras horas vas un poco perdido hasta que coges la dinámica de todo, pero enseguida me encontré con mi amigo Edu Gonzalo y ya me fue situando un poco más en todo, fuimos a comer (comí y cené lo mismo cada día!!!!!) y la tarde la pasé sin hacer nada. Aproveché para ir al primer briefing, porque el resto de días con el trabajo me iba a ser imposible, y así me enteraba del funcionamiento de todo un poco mejor. Del Breifing corriendo a cenar y de ahí a meterme por fin en la cama. Empezaba la Titan y ya estaba reventado.

El primer día de Titan fue tranquilo, al menos para nosotros. Porque a los corredores les esperaba la primera etapa. Me desperté tarde, justo para ver la salida y comprobar como en el km 4 ya venían a cara perro, la gente cortándose, grupos... vaya miserias. Así es la bici, nunca sabes como va a salir la carrera y una cosa esta clara. Al ciclista le cuesta muy poco entrar en batalla, falta que uno haga el amago para que ya se tiren todos a muerte.

Con los corredores alejándose me volví hacia el campamento, desayuné tranquilamente con los compañeros y salí a correr un rato. 40 min que se me hicieron eternos. Y es que a 1600 metros algo se tiene que notar. Con el entreno cumplido, una ducha y a comer prontito porque los lobos no iban a tardar en llegar y había que coger fuerzas para unas cuantas horas de trabajo. Al ser la primera etapa el trabajo sería sencillo, la gente aun va entera y la cabeza aún esta con ganas. Poco a poco iban llegando corredores, y yo seguía esperando a los mios. Cuando por fin llegaron empecé a trabajar ya sin descanso. Unas 7 horas que te dejan fino fino para volver a coger la cama con muchísimas ganas.

Primera etapa superada y jornada de descanso para fisios y mecánicos. Los corredores por su parte afrontaban la segunda etapa, la etapa maratón. Salían cargados con los sacos y las esterillas en las bicis porque cada corredor durante esa etapa iba a ir cargado con todo lo necesario para pasar esa noche y salir al día siguiente.
Ahí se iba el pelotón y empezaba nuestro día de relax. Unos salieron a correr y otros nos fuimos al  pueblo a ver el mercado. Después de voltear un rato y ver que no había nada que comprar, tiramos hacia el hotel para comer y disfrutar de los postres, porque la comida era más de lo mismo. 
Para bajar la comida, partidita de billar con Jordi Solano, que me metió una paliza...pocas opciones tuve de victoria. De ahí a la piscina de relax, por si la comida no estaba bien asentada aun, no a bañarse porque hacía frío, pero si para seguir bien relajadito y sin estrés.
Para acabar la tarde relax un rato a la habitación sin hacer nada, esperando la hora de la cena, básicamente para volver a degustar los postres con la idea de cargar las pilas ante posibles futuras miserias, al más puro estilo Oso antes de empezar la época de la hibernación. Ya con poco más que hacer, el día llegaba a su fin y nos íbamos a dormir mentalizados para comerse 3 horas de autocar al día siguiente, con la incertidumbre de saber como llegarán mañana los corredores después de 2 etapas durísimas sin asistencias y con la certeza de que sería una tarde con mucho, mucho trabajo.

La semana que viene os contaré la segunda parte.

1 comentario:

  1. Me ha encantado la crónica. Me estoy planteando correrla el año que viene, así que estaré atento a la segunda parte.

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