Hoy ha sido un día curioso. De estos que no acabas de saber si ha sido un buen entreno, o nefasto. Para empezar he cometido un error garrafal. Salir a las 11 de la mañana a entrenar. Pero ya se sabe, no tienes obligaciones, el despertador suena, lo paras una y otra vez y dan las mil y aun estas en la cama. Pues con la tontería a las 11 salia de casa, con el calor que metía a esa hora. Para hoy tenía pensado un recorrido de unos 15 km, y lo he querido mantener. De salida, ritmo borriquero para empezar la sesión y ya iba sudando la gota gorda. Más o menos he ido bien hasta el km 5 de entreno, y ahí ha empezado un tramo duro de subida sin una sombra. Vaya collejas me iba pegando el amigo Lorenzo, que sensación de agobio, así hasta el inicio de la carretera de las aguas.
Por suerte en este punto había una fuente, la he dejado seca. Una vez hidratado, a seguir con el entreno, y a subir hacia la torre de St Pere Martir. Cuando he llegado arriba, que no habían pasado ni 10 min desde que había bebido, ya iba seco y lo peor con sensación de pajarón. He bajado la trialera que va otra vez hasta la carretera de las aguas y ahí, ante mis ojos, volvía a encontrarme con la fuente. Pocas cosas hacen tanta ilusión en días así. Esta fuente también la he dejado seca, me he remojado todo lo que he podido y vuelta a casa. He bajado por otra trialera y otra vez en la civilización. Llegado a este punto no sabía si tirar para casa directo o hacer el rodeo planificado antes de la salida, porque iba realmente tocado. Al final he dado el rodeo, y me he ido maldiciendo de mi decisión hasta que he llegado a casa. Los últimos 2 km iba parado parado, vaya globo llevaba encima, madre mía!!!!
Al final 15 km en 1h 20 min con 1058 kcal quemadas. Importante haber podido sumar kms y a aprender a sufrir un poco más, que aunque en las carreras se sufre, este tipo de sufrimiento es diferente y hay que saber también sobrellevarlo. A ver si se va por fin la ola de calor de las narices.
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