29 de julio de 2015

Olla de Nuria 2015: Aprendiendo a marchas forzadas

El domingo 19 de Julio, se celebró en Nuria, la tradicional prueba de la Olla de Nuria. Una competición de autosuficiencia de alta montaña, que suma 21 kilómetros, 1950 metros de desnivel positivo y que su trazado transcurre prácticamente en su totalidad por encima de los 2500 metros de altitud. Para mi, como novato en esto del trail, una auténtica salvajada.

Correr esta carrera me hacía mucha ilusión, de hecho, en 4 años que llevo corriendo, ninguna prueba ha sido capaz de despertarme tantas ganas y espectativas por estar en la linea de salida. Posiblemente la mezcla de ganas por ver como era disputar una prueba de alta montaña, en unos paisajes privilegiados y con un nivel deportivo top, hacían el cocktail perfecto para desear empezar a sufrir y ver de que iba todo eso.

Altimetria
La organización me pareció sobresaliente. Un recorrido marcado a la perfección, sin problemas en los puntos de control que había que pasar a lo largo del recorrido. La subida y bajada en el cremallera, juntamente con la recogida de dorsales impecable. En la llegada mucha comida para los corredores, desde pasta y butifarras, hasta fruta, refrescos, agua... Un servicio médico a la altura de una prueba de esta dureza, que hicieron un trabajo magnífico atendiendo a los corredores que lo necesitamos. Solo se puede felicitar a los que hacen posible esta magnifica competición.

Por mi parte, llegaba en un estado de forma excepcional. Nunca me he plantado en una linea de salida con las sensaciones, ni los tiempos que había hecho la semana antes de la carrera. Pero la verdad es que había entrenado más que nunca, no una exageración, pero si con constancia y calidad. Es lo que tiene, cuando una competición te genera un gran respeto. Sabía que iba a ser muy difícil y tenía que llegar mejor que nunca para poder disfrutar y tener un nivel adecuado. Si algo he odiado siempre, es salir a arrastrarme. Se hará mejor o peor, pero irme con sensación que la carrera me ha podido, lo odio.

El día de la carrera empezaba para mi a las 4:30 Am. Madrugón de categoría,  y desayuno en el coche. Con los productos de www.chef-s.es 


A las 6:40 teníamos que estar en la estación del cremallera de Queralbs, para subir a Nuria.


Sobre las 7 recogía el dorsal, preparaba el material y repasaba que estuviera todo en su sitio. Momentos de relax antes de ponerse el mono de trabajo sobre las 8:10.

Con mi compañero Ignasi

 Mini calentamiento, a las 8:25 pasar la revisión de mochila con el material obligatorio y a las 8:35 escuchar las últimas instrucciones de la organización sobre cosas del recorrido. Ya en la linea de salida, mi cálculo era rondar las 3h de carrera, algo que veía difícil, pero no imposible. A las 9:00 se daba la salida.


Una vuelta alrededor del santuario de Nuria para estirar al pelotón antes de iniciar la subida al Puigmal. La gente iba muy nerviosa, rápida, pero es que todo el mundo esta advertido, que una mala salida puede ser un problema en el inicio de la subida por los embudos que se provocan. Intenté mantener posiciones delanteras sin dejarme la vida. Alguien me enganchó por detrás con los palos, y casi me tira, pero por suerte pude acceder sin problemas a la subida del Puigmal. Primero metros de subida, nos toca saltar un cable de pastor, de esos electrificados, que no había quitado la organización, y vaya chispazo nos pegó.

Momento del paso del cable

A partir de ahi  no quedaba otra que ir haciendo. A tramos trotando, a tramos caminando rápido. No había más. Así durante una hora. En mi caso una hora eterna. Primero empecé con dolor en los tendones de Aquiles. Al final el dolor era importante. Cuando debía llevar 30 minutos de subida, empecé con molestia en la lumbar, y acabé subiendo con los pies medio dormidos. Maldito Puigmal, me estaba poniendo fino. Por suerte es un sitio precioso.


Cruzando el riachuelo
Otra de las cosas curiosas, era mirar el gps y ver que marcaba el paso del kilómetro entre los 12 y 24 minutos. Vaya locura! Acostumbrado a ver los pasos de los kilómetros entre 3:20 y 3:30 y poco. Al final es relajarse, modo zen, y ya llegaré.

El kilómetro final del Puigmal, una verdadera pared

El último kilómetro del Puigmal es terrible. Que dureza.  Por suerte el ambiente ahí arriba era digno de vivirlo. Un pasillo de gente animando, al más puro estilo Tour de Francia. Que gozada.
Final del Puigmal

Se acababa el primer sufrimiento. Al llegar arriba me quité la gopro, que me iba molestando, bebí un poco, troté hasta la cima. 1h clavada de subida. El impas me permitió recuperar la sensibilidad en los pies y pude bajar con "normalidad".

Bajada complicada, no muy técnica pero derecha con mucha piedra a la que había que prestarle atención. Era curioso, que pese a coronar entero de piernas, la bajada la hice fatal.

Ahí voy bajando por la derecha Fuente:Video de Jordi Costa
 Y es que la altura me creó una sensación de semiglobo, que de alguna manera relentizó los reflejos. Era curioso ver una piedra, saber que estaba ahí, que la vas a sortear y acabar limándola y tropezándote.

Las bajadas eran peores que las subidas. Coroné el pic de segre, y más bajada. Al inicio había un corredor que se había caído, y sangraba abundantemente por la cara. Lo estaban atendiendo cuando pasaba. Ahí decidí ponerle un punto más de calma a las bajadas, esto era algo serio, y no se podía andar tomando ni el más mínimo riesgo, porque el resultado podía ser desastroso. Aun así antes de finalizar la bajada me saltó una piedra al tobillo que me dejo un par de minutos fuera de juego quejándome. Directa al hueso.

Ya llegados al coll de finestrelles iniciábamos otra de las subidas largas del recorrido que nos llevaría hasta el kilómetro ocho. Empezaba a entrar en carrera, encontrarme agusto con mi ritmo y estabilizar mi posición.

Quitando los 4 superclase el resto a caminar
La bajada tenía su miga, pero se dejaba hacer.

Estaría bien que fuera una pose, pero lo cazaron en pleno salto Fuente: Video Jordi Costa
Aquí se entraba en un tramo de carrera que era un poco más corredor, se podía trotar un poquito y aprovechar para hidratarse y comer, pensando ya en el tramo final. Subí el pic d'Eina sin problemas y noufonts que se coronaría en el kilómetro 13. Ahí empezaba mi tortura.

Bajada complicada, técnica y con mucha pendiente. Iba haciendo. Normal, al ritmo del resto de corredores, pero llevaba un dolor de talón bastante incomodo. Pensaba que podía ser una piedra. El dolor iba en aumento, bajaba cada vez con más problemas, pero por suerte, quien lo diría, llegaba la subida. Primer tramo hacia el noucreus, ligera bajada, con un paso complicado por unas piedras bordeando una cresta y último tramo con mucha pendiente que me llevaría a la última subida del día.

Bajada Noufonts Fuente: NacióMuntanya.cat
Tras coronar el último gran pico de la jornada

Final noucreus Fuente: Video Jordi Costa
y después de ver el crono, me paré un rato a ver el paisaje, hacer un par de fotos y disfrutar de la carrera, total ya no me iba de perder 5 o 6 minutos. Bebí y relajé para encarar el tramo final de bajada, para mi el peor de la carrera.


El inicio de la bajada parece cómodo, bastante pendiente, pero no demasiado técnico, excepto los primeros metros. También es verdad que al no poder talonar, lo veía todo más negro. Después de un tramo de bajada tuve que pararme. Me quité la bamba, comprobé que no hubiera una piedra escondida. Saqué la plantilla. No había nada. Me calcé con paciencia y reemprendí la marcha. Que tortura. Estaba odiando la bajada. Al fondo del valle se veía Nuria. Muy pequeña. Me quedaba un salchichón. Finalmente me agarré a un corredor que iba con el maillot de lider de la montaña del Tour, e hice todo el tramo de sendero en bajada con él. Al final del sendero, mini descanso y a bajar un tramo de una pista de esquí. Que pendiente tenía, y las piernas ya sin reservas.

Última bajada Fuente: Video Jordi Costa
 Lo más fácil era acabar haciendo la croqueta. Por suerte pude mantenerme en pie y llegar sano al final. Lo que para algunos debió ser una vuelta triunfal alrededor del santuario, antes de acceder a meta, para mi fue un rato más de tortura. Recibía los últimos ánimos del público, y por fin encaraba la recta de meta. Que emoción, ya no por conseguir acabar la carrera, sino por el hecho de acabar con el sufrimiento, poder tirarte al suelo y quejarte tranquilamente hasta que el cuerpo te diga que puedes volver a ponerte en marcha. 3h 32 min para completar los 21 kilómetros de carrera.

Ya tirado en el césped me quité la bamba y el calcetín, y ahí estaba el talón, con toda la piel levantada. Con razón dolía tanto.


Me acerqué a la carpa de atención médica. Estaban atendiendo a corredores que habían sufrido caídas, uno con un corte en la cabeza, nada agradable de ver. La chica que me atendía, me decía que si me dolía la cura me quejara, y yo pensaba, como me voy a quejar si están cosiéndole la cabeza a este señor y no dice ni pío. La atención al corredor era sobresaliente.

Muchos me preguntan por la experiencia, si me quedo con el asfalto o la montaña. Para competir me quedo con el asfalto. Como experiencia, este tipo de carreras de montaña son mil  veces mejores. La dureza del recorrido, los paisajes. El desgaste físico y mental que produce en muchos momentos la competición, no son comparables al asfalto.

Restos de la "Batalla"

Os dejo el enlace de un video de la carrera, realizado por Jordi Costa, que resume perfectamente la carrera. Un fuera de serie ir grabando con el palo de selfie y bajando como lo hacía. Un crack!


Repetiré, sino hay ningún contratiempo, en La marrana Skyrace que se celebrará en Vallter 2000 el 30 de agosto. Espero llegar un poco mejor de forma, y por lo menos, sabiendo ya de que va esto.

Hasta ese día, seguir disfrutando de los entrenos y de las vacaciones!


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