26 de febrero de 2014

Duatlón de igualada: Fuera de juego en la última transición


Con mi abuelo al acabar el duatlón
Barcelona 26 de Febrero de 2014

El domingo 23 disputé el campeonato de Catalunya de duatlón en Igualada. Un duatlón que me gusta mucho, tanto por el circuito de running que es prácticamente en su totalidad como un cross, como por el sector de bici que se hace muy ameno. La única pega es que llegaba sin entreno y bajo mínimos, pero eso no quita que se pueda disfrutar de la competición. Todo es cuestión de saber donde estas y a que aspiras, y en función de eso ir haciendo.

El día para competir era perfecto. Al llegar a igualada hacia bastante frío, pero el solecito calentaba, y a las 10 am, hora de la salida, la sensación térmica era muy buena. En cuanto a la organización, en este caso no todo era perfecto. El circuito de running estaba trabajado, el sector de bici con los voluntarios en los cruces estaba bien asegurado y los boxes correctos. Lo referente a la competición todo perfecto, pero la recogida de los números de los no federados se retraso bastante, y la bolsa del corredor bajo mínimos. Nada que ver con la de granollers, por ejemplo. En este caso una camiseta, muchos papeles y listo. Eso si, la coca que nos dieron al acabar estaba buenísima.

Yo por mi parte salía esperanzado y con más confianza que la semana anterior en granollers. Durante la semana había hecho un día de entreno de running de 5km sin molestias prácticamente, y por como transcurrió el calentamiento todo me hacía pensar que, aun teniendo cierto punto de cautela, podría salir a competir con normalidad.

A las 9:54 am, listo en la linea de salida, podía notar el nerviosismo de la gente. Todos apretados sin dejar un cm entre unos y otros no sea que perdamos una linea y la liemos. A las 10:02 bocinazo y a correr. No se si salí algo relajado o como fue, pero fue empezar a correr y todo eran manotazos, empujones... y os puedo asegurar que no iba haciendo el cono. Intenté separar a gente con los brazos, pero por mi izquierda un descerebrado me soltó un empujón. Me hicieron la trabanqueta por detrás y cuando ya estaba en el suelo, no se ni como, la pierna mala hace un apoyo salvador que me libra de la caída, pero me pega un pinchazo en la rodilla que me deja KO. Ya lo dice el refrán. A perro flaco, todo son pulgas. Me asusté bastante, pero seguí corriendo. Pasé unos metros con sensación rara, pero por suerte pude ir cogiendo ritmo y volver a centrarme en la carrera aunque ya bastante retrasado. El circuito de running, al que se le daban 2 vueltas, era bueno para mi y lo disfruté mucho. Ratonero con constante sube y baja por tierra que se hizo muy ameno y divertido. En el km 2 aproximadamente se estabilizaron las posiciones y ahí me quedé donde iba. Las sensaciones no eran buenas. Las piernas iban pesadas y en las subidas, que normalmente me van muy bien, no acababa de encontrar el ritmo, así que me puse el casco y las zapatillas en la posición 70.
Foto: Sheila Román (Duatló igualada)
La segunda transición me iba a ir mucho mejor. Entré con 2 corredores que iban bastante rápido y gracias a ellos a los 2 kilómetros del sector de bici habíamos entrado con el grupo que llevábamos por delante. Seguían tirando fuerte y antes de iniciar la vuelta hacia igualada llegábamos a otro grupo. A medida que iban pasando kilómetros las sensaciones en la bici eran cada vez mejores y me iba relajando en el grupo. Aprovechar para beber y soltar un poco piernas, mientras a lo lejos se veía otro grupo al que no íbamos a tardar en dar caza. Con la tontería nos juntamos unos 45 corredores. Imaginaros el follón. Una carretera con un carril de subida y otro de bajada, y en el que la organización, con toda la razón del mundo, no dejaba salirse del carril por seguridad, pero que cuando se juntan tantos corredores y la gente quiere ir a cabeza y mejorar posición se viven momentos de tensión, frenazos y bandazos que te hacen ir muy atento a cualquier movimiento. Ya entrando a igualada y con paciencia iba pasando para adelante del grupo sin jugarme el tipo demasiado, ni hacer esfuerzos innecesarios. Al final tantos años en bici se tienen que notar. Entré en la última transición sobre el 8 o 9 del grupo de unos 45 que íbamos, es decir sobre la posición 48 de la general. Bici en mano entro a la pista de atletismo buscando ya el box para calzarme las bambas.

Zapatillas y casco fuera. Me pongo una bamba, me pongo la otra... y liada. Se me dobla el talón de la bamba. Vuelvo a sacarla. Intento con el dedo deshacer el doblado. Algo tan sencillo, y lo que me estaba costando. Vuelvo a poner la bamba que entra justa. Se que he perdido algo de tiempo, pero cuando levanto la cabeza y me pongo a correr veo que todo el grupo que venía conmigo ya ha salido de boxes. Una mala transición y se acabaron las opciones a un resultado digno. Acartonado en mi zancada veo que el corredor que cierra el grupo, ya muy estirado, no consigue distanciarse de mi. Poco a poco, a medida que avanzan los metros voy recortando distancias. 

Foto:Sheila Román (Duatló igualada)
Parece que empiezo a encontrarme cómodo. Consigo pasar a 5 o 6 corredores, pero a poco más de 1km para el final la rodilla dice basta. Aflojo un poco el ritmo con la única esperanza de llegar sin forzar lo más mínimo. Antes de cruzar meta 2 corredores me pasan por encima y me sacan las pegatinas. No hay nada más que hacer. Al final 1h 01min 56seg para terminar el 81 de la general, muy lejos de la posición 50 que más o menos calculaba que podía estar. 

Pese a todo estoy contento. El nivel era altísimo y mi estado actual es penoso. Ya vendrán tiempos mejores, pero por esta temporada las duatlones se han acabado. Ahora a pensar en volver a correr y poder estar cuanto antes al 100%. Eso si, el año que viene me gustaría prepararme bien para intentar hacer una buena temporada de duatlones.








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