9 de febrero de 2018

Mitja Marató Colomenca

Meterse en una media maratón muy corto de entreno tiene su gracia. No porque sea gracioso, pero no deja ser un poco una caja de sorpresas. Ojo, ir muy corto de entreno es eso, ir corto de entreno, no quiere decir no ir entrenado, que eso es de ser un poco descerebrado. Yo llegaba en ese punto que sabía que podía hacer 21km sin problemas, a no ser que el ritmo me complicara la vida, pero todo es cuestión de cabeza. Si la cabeza va por delante del corazón, la situación está bajo control.
Calentamiento
La organización muy buena. Disponer de vestuarios para cambiarse es un lujo, y en un día frío más todavía. Llegar y poder ducharse... eso ya es el placer llevado al extremo. Además en el avituallamiento final tienes butifarra y refresco!!!! 

El recorrido muy bien marcado y con los puntos kilométricos señalizados. No tiene un perfil sencillo, ya que los primeros kilómetros son relativamente durillos, y el resto de carrera vas por un terreno rompepiernas, que pese a no ser nada incómodo, incluso me atrevería a decir, que si sabes correrlo es entretenido, pero no deja de romper el ritmo y la velocidad crucero.

La salida se daba puntual. Esperaba un ritmo mucho más relajado entre los del 21k, pero al parecer tenian ganas de guerra. Ya antes del km 1 iba solo. Nada lejos del grupo cabecero, pero solo. Iba en ese punto que esos 4 o 5 segundos más rápidos que llevaban ellos en algún tramo, para mi eran muy incomodos, y podían llevarme a la explosión prematura. Así me tiré hasta el km 3. Ahí vi que no se me iban, y pensé en entrar en cabeza. Tiré, y cuando ya estaba casi adentro me volví a dejar caer para poner mi ritmo. Ritmo controlado borriquero y tira millas. 

Llegado al km 8 se soltaba de la cabeza un corredor. Aflojé al llegar a su altura. Le pregunté si se volvía para meta, para volverme con él, pero él iba a tirar más tranquilo. Tiramos juntos un par de kilómetros, hablando de nuestras cosas y nuestras penurias. Hacía poco más de un año, él estaba ganando en la media de sant cugat, y yo haciendo segundo, y ahora nos encontrábamos persiguiendo sin opciones a nada y penando. Pero para uno las prioridades habían cambiado, y para otro las lesiones que lo han acompañado este año no han permitido llegar a un mejor punto de forma. Poco antes del km 10 me volvía a quedar solo. Otra vez ritmo. Me encontraba muy bien y cómodo. Sino hubiera sido por las molestias de la rodilla, que me hacían dudar bastante de poder llegar a meta entero, hubiera disfrutado mucho mucho de la segunda mitad de carrera. En tramos me acercaba al corredor que llevaba por delante. En otros se me iba un poco, volvía a entrar. Así hasta el kilómetro 20. Último kilómetro con viento de cara. Ahí ya me encontré justo. Pasando un poco de penuria para llegar a meta. Me tocó sufrir los últimos metros para que no me cazaran por detrás. 
Foto Carlos Sanchez
La verdad es que no me venía de una posición, pero cuando llevas toda la media solo, perder una posición en los últimos 300 metros no gusta. Al final 7º de la general con 1h 16 minutos 38 segundos.

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