4 de diciembre de 2017

Jean Bouin: Mejor de lo esperado

Después de 3 carreras de tanteo, buscando sensaciones, y sobretodo, kilómetros de calidad, llegaba el momento de empezar a entrar en carrera. Abandonar la zona de confort, para encontrarse con momentos de sufrimiento, de aguantar el dolor de patas, de mentalizarse que hay que pasar el minuto malo, de apretar dientes y aguantar el tipo en ese grupo que te está sacando de punto... Todas esas cosas, que por alguna extraña razón, nos gustan. Ese amor odio tan extraño que produce el sufrimiento en carrera.
Team Fisio Monasterio
Llegaba a la carrera después de 3 semanas de entrenos normales. Siempre entre los 30 y 35 kilómetros semanales. Entrenos sin exprimirme demasiado, buscando básicamente hacer un poco de base. Con el paso de las semanas me iba encontrando cómodo, y sobretodo con la sensación de estar asimilando muy bien las salidas.Viendo esta evolución, ya tocaba empezar a sufrir compitiendo.
Entreno Castell de Montjüic
La carrera de la Jean Bouin, como pasa cada año, tiene una salida caótica. El cajón 1 es como una caja de zapatos. No puedo entender como cada año cometen el mismo error. Realmente es miniatura el cajón, hasta el punto en el que los últimos corredores no pueden ni acceder. Y los que lo han hecho, se quedan fuera de la vertical del arco de salida, por lo que tienen que incorporarse por la derecha con muchas dificultados. De verdad es tan difícil agrandar 5 metros o 10 el cajón? A ver si hay suerte, y llega el año en el que milagrosamente, los corredores puedan salir con normalidad.

El día amanecía fresco, pero con unas temperaturas en las que se puede correr bien. La salida caótica. Entre los cohetes del 5k, los del 10k, y cajón pequeño... de locura!! Ya en la recta de salida la velocidad era altísima. Gente pasándote por todos lados. Una marea de corredores por delante que daba miedo. La carrera iba avanzando. Al paso por el km 1, no miré ni el reloj, iba corriendo en medio de un pelotón gigante. 
Paso por el km 1    Foto: blogmaldito.com
No íbamos despacio, pero la gente está más fuerte que el vinagre. En la Gran Vía, poco a poco se iban abriendo huecos. Parecía que se hacían grupitos, pero poca cosa. Ya llegando a plaza Universitat, me ponía a tirar del grupito donde iba. Se estaban abriendo metros entre corredores, y ya se podía dar la cara. A partir del km 3 empecé a correr cómodo. Ahí ya puse mi ritmo, y tira millas. 
km 4,5    Foto: jose bonilla
Por suerte al paso por el km 5 se aclaró la carrera. Mucha de la gente que llevábamos por delante, se desviaban hacia el 5k, y en el recorrido del 10k no se veía tanta gente. Ahora si estaban muy bien definidos los grupos. Entré con mi compañero Albert en el km 6, y me fui hacia adelante. A pie de Paral.lel llegué a otro grupo. Tal y como llegué me quede. De juvenil total o GLOBERACO! Marcheta, ir recuperando, pasando el minuto malo, y volver a la carga. Pasé la crisis y volví a entrar en el grupo, y pasé. Tiré con ganas dentro del último kilómetro. 
Km 8,5
Encaré calle Lleida con fuerza, buscando el descansillo para el esfuerzo final, pero me equivoqué. El final era diferente al año que yo la corrí. No había descansillo. Tocaba subir bastante más arriba. Pues nada, a sufrir y rezar para poder llegar hasta arriba. Efectivamente, no llegué. A 50 metros para coronar pegué una explosión... yo creo que hice hasta en boquete en el asfalto. Me quedé clavado como con cemento. Me pasaron unos 8 corredores que venían juntos de un plumazo. Bajé como pude, e hice la última recta bastante fuerte, porque no tenía ganas de perder muchas más posiciones. Finalmente posición 42, creo y un tiempo de 34:44 que doy por buenísimo.


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